Escribo esto echada en mi cama. Una vez, aquí, estuve con alguien.
Unos meses más tarde, conocí a un chico con el que no tuve ninguna historia romántica. Y fue a él a quien le conté por primera vez el daño que me había hecho el chico con el que estuve en mi cama.
Ahora cada vez veo menos al chico que me escuchó. Lo mejor fue que no solo calló mientras las palabras explotaban por primera vez, sino que me comprendió y que compartió lo que él había aprendido en los años que me sacaba. No me juzgó, no me recriminó el comportamiento que otros tacharon de inmaduro e insano. Me entendió, me dió la mano, me abrazó y me hizo comprender que yo no tenía la culpa.
Y ahora, aunque no lo vea, sé que siempre me voy a acordar de lo que él supuso para mí, de que me ayudó a entender lo que llevaba tiempo intentando entender, y que gracias a él he conseguido que mi grado de madurez en algunas cuestiones, parezca, en vez del de una chica de 18, el de alguien de 25.
No sé como se quiere a alguien, pero al menos, ya sé como NO.
Es beuno que siempre se tenga en cuenta las cosas que en realidad no son buenas ni sanas.
ResponderEliminarx333